Estos son poemas del álbum de mi vida...

martes, 5 de julio de 2011

POEMAS DE LA ENCRUCIJADA



POEMAS DE ANFIBIO











SONETOS

MADRE

Flor de fruto, semilla de mi flor;
rayo puro de sol, alba radiosa,
la idea más feliz, la más hermosa
nacida de la mente del Creador.

Oceánico infinito del amor;
pan de besos, maná sobre las rosas
de mis labios, el norte de las cosas
que pregunta la infancia con candor.

Rica perla de sin igual tesoro;
fiel caricia, pañuelo de mi lloro,
mirada que comprende y siempre calla.

Tus manos en mis manos ¡qué serenas!
Y sé muy bien que sólo, madre buena,
comprenderé tu amor cuando te vayas.








martes, 21 de junio de 2011

Poemas

Dintel





 
  
 










































El Portaincienso 


Sobre el murmullo expectante
de un Sábado Santo tibio,
ante el “paso” arrebatado
de la bella Esperanza Trinitaria,
tú portabas en tus manos
la naveta del incienso,
ascendiendo tu belleza evangelista
por encima
del perfume navegante del clavel,
de la cera virginal
y de la resina ardiente
que en tus palmas amorosas
transportabas….

Tu sonrisa
desangraba en el cáliz de los aires
una llaga iluminada
de promesas claroscuras
y de besos no estrenados…
Y el morado de tu cíngulo
apretaba la gavilla de tu cuerpo
exaltando
la divina y soterrada
perfección de tu escultura…

La mirada cincelada de la Virgen
porfiaba con el ascua de la tuya ardientemente
y  entre el fulgor cegador
de los celestiales cirios,
e l lanzallamas incesante
de tus ojos
ponía su flama magna
ante los ojos cegados
de la Virgen dolorosa
transida en rapto de celos….

Te perdiste
con el olor de la tarde y el ritmo
desvanecido de la procesión que pasa…

Y contigo,
arrastrada, inexorable, por el sedal de tu gracia
también se perdió la Virgen…

… Y yo, me quedé sonámbulo
por el túnel fervoroso de la tarde
teñida ya en su agonía
de crepúsculo doliente….

… Y mi corazón, sin rumbo,
perdido entre las cenizas
del perfume del incienso ya inmolado
y de los ecos borrosos
de tus ojos y tu vida a la deriva…
se quedó tropezando entre las lágrimas
de esta pena inconsolable de perderme
el milagro
de haberte encontrado un día
y tenerte que perder
por esta Sevilla, en éxtasis,
redimida por la magia de tus ojos
y por ti resucitada!


          Sábado Santo, 10 de Abril de 1993.